Después de la fructificación, los frutos que crecen con demasiada densidad compiten entre sí por los nutrientes. Los frutos de pequeño tamaño deben podarse para que la planta pueda aportar suficientes nutrientes a la producción de frutos. Una poda inadecuada podría provocar la caída de los frutos o que estos no consigan madurar.

Si las hojas se vuelven amarillas y enfermas durante el crecimiento de la planta, es necesario podar las hojas amarillentas y envejecidas de la parte inferior, y cortar las partes de las hojas que están infectadas con la bacteria. Esto puede reducir eficazmente la infección por bacterias. Intenta no cortar más de un cuarto del número total de hojas para que no afecte al crecimiento de la planta.
